En respuesta a la nota publicada por EFE el 22 de abril de este año, y reproducida por este blog, que daba cuenta de una imagen poco conocida de Beethoven reflejada en el libro “Beethoven al piano. Improvisación, composición e investigación sonora en sus ejercicios técnicos” del musicologo Luca Chiantore, (ver: Beethoven el Gran Improvisador ) nuestro amigo Javier Yearson entusiasta, estudioso metodico y escucha fana de la musica clasica responde refutando categoricamente los conceptos de Chiantore. Aqui su contenido…
Reviso la Web y me encuentro con esa noticia que me sorprendió sobre Beethoven y la «improvisación». Debe ser la primera vez que alguien plantea una hipótesis así.
A menos que tenga datos exclusivos, los datos hasta ahora conocidos más bien hablan de lo contrario. Era una persona excesivamente metódica para componer. Además, me pregunto cómo haría para «improvisar» si no tenía piano…
De hecho existe la habitación donde vivió y componía Beethoven. Piano nunca tuvo. Iba a la casa de gente de dinero para tocar de vez en cuando. Y era muy malo tocando, según las crónicas de la época. En la habitación había un sofá, tres escritorios y un gran pizarrón. Te vas a sorprender con el uso que tenía ese mobiliario.
A izquierda y derecha dos escritorios grande. En el medio, uno chiquito. En el de la izquierda, componía las sinfonías impares, en el de la derecha, las pares.
En el escritorio chiquito del medio, componía la «basura» (así él mismo lo llamaba) que le servía para comer cada día. Lo que ahí componía, lo vendía a una editora musical.
En el pizarrón, tenía dibujado varios grupos de cinco círculos concéntricos. (Suena muy loco, pero él era muy loco). Esos círculos eran ni más ni menos que pentagramas «cerrados». Es decir, secuencias musicales. Cada secuencia debía estar armada de tal forma que podía sumarse a otra. Hay escritos donde se queja amargamente por la dificultad que tenía para componer, especialmente melodías largas.
Y es así: Si escuchás alguna de sus sinfonías, (menos la 1 y 2 que tienen mucha influencia de Mozart, que fue su maestro) podés separa en «pedacitos» independientes.
Todas esas secuencias que iba componiendo las iba acumulando, y las usaba en función de lo que necesitaba en cada momento.
Nadie mejor que Beethoven para demostrar que nada tiene que ver el estado emocional del compositor y su obra. Al mismo tiempo componía la «Missa Solemnis» en un escritorio, como el «Allegro molto cantabile» en el otro, de lo que luego fue el cuarto movimiento de la novena sinfonía.
El cuarto movimiento, era una obra completa en sí misma (cuyo estreno fue un fracaso) y que compuso cuando tenía 30 años más o menos. Casi 20 años después, le antepuso los otros movimientos que tardó muchísimo en terminar. Así que, la famosa «Novena Sinfonía de Beethoven» que parece una obra producto de un «arrebato de inspiración», es en realidad un rejunte de cosas de diferentes épocas.
Todo esto, para señalar que me resulta absolutamente incomprensible que un musicólogo hable de Beethoven como «improvisador»
Gracias Javier…
Es muy fácil decir que algunos estudios de musicología tenga la veracidad del asunto, Beethoven además de tocar el piano tocaba el organo y clarinete, el improvisar no era una opción era una habilidad aprendida por todos los músicos de esa época, fue profesor de Czerny y uno de sus legados fue respetar la técnica del piano según la fisionomía de la mano.
Su estética, estilo y técnica de composición se le debe a que también hizo estudios de filosofía y su profesor Neefe influyo en muchos de sus aspectos de personalidad y el hecho que componía simultáneamente sus obras, indica que el respetaba la sensaciones y percepciones de la música desde un ser interno, no el ser imperfecto que se llama hombre ( leer nietzsche).
Además cabe destacar que la sordera fue una situación que no afecto su oido interno, y el análisis de sus obras desde LA FORMA muestra que no era ningún metódico, era muy PICARO (no encuentro otra definición ) en la utilización de Sincopas, Elisiones, Octavas paralelas para reforzar una melodía (en esa época no se utilizaban por herencia del contrapunto) recursos técnicos como temas fugados…en fin y en la parte armónica es muy denso (tendria que hacer un post acerca del aporte que dio Beethoven para la nueva manera de ver la armonia como ante sala del impresionismo y neoclasicismo ) algo que no le da el método sólo se lo da la experimentación y la práctica……….. en fin creo que deberian revisar mucho de los contenidos, van en contra de los avances acerca de este gran HUMANO Y COMPOSITOR
Estuve leyendo tu comentario con atención, se nota tu pasión y conocimiento, me dán mucho gusto ésta clase de aportes que enriquecen y aclaran conceptos al parecer muy tergiversados con referencia a uno de los próceres de la música de todos los tiempos. Sabes que hace un tiempo largo que se me ocurrio, como algunas veces hago, reproducir comentarios o notas que juzgo interesantes como me pareció la que originó todo éste debate, al que yo no podía sino mirar desde fuera dejando la discusión a gente con conocimientos como los tuyos.
Parece que se enojaron bastante algunos y otros como vos, lo aclaran con altura.
Muchas gracias por el aporte…
Por Dios que disparate tras otro en este articulo, ni siquiera sirve para enriquecerse con intercambios. Marcelo Arce más allá de su valiosa actividad de acerca la música al publico no especialista, no es una voz autorizada en musicología, si quiero saber algo de Beethoven seguro leeré a Cooper quien es la persona que mas a estudiado Beethoven. En cuanto a que nunca tuvo piano, creo que deberían darse una vuelta por la Beethovenhouse, o leer sus escritos. En cuanto a que no era buen interprete, eso es injustificable si Beethoven era conocido como un gran virtuoso e improvisador, lo dicen los registros de la epoca no hay ninguno que diga que fuera malo, salvo cuando su sordera ya era avanzada, pero antes no!, por favor traten de chequear información antes de publicar estos disparates, no quiero ofender a nadie pero no es serio ese articulo.
Yo en un momento reproduje una nota que me parecio muy interesante y el autor de la nota tan repudiada se presentó como un erudito en la materia haciendo su aporte. Tal como lo hago con cualquiera que comente un post, siempre y cuando no sea ofensivo ni insultante, lo apruebo como lo hice con el tuyo dejando la discusión libre hasta que se agote por sí misma. Es cierto que uno deberia chequear los datos, pero cuando uno es un neófito en la materia permite dejar hablar a los supuestos conocedores.
Muchas gracias por tu aporte y trataremos de ser más cuidadosos en el futuro.
Es evidente el desconocimiento sobre Beethoven que hay en este post.
Hay mucha seudo-historia en cuanto a Beethoven, pero afortunadamente hay muchos testimonios y personas que lo conocieron y obviamente como en su tiempo hay enemigos y retractores aun hoy día.
Les recomiendo leer a Barry Cooper, de la universidad de Manchester. él es experto en Beethoven.
Carlos, agradezco tu recomendación. Esta discusión se inició hace un tiempo a raíz de una publicación sobre la vida del maestro que reprodujimos acá firmada por un reconocido historiador y refutada por Javier Yearson, un entusiasta de la música clásica quién con vehemencia y datos de buena fuente, según indicara, diera paso a fuertes descalificaciones de otros conocedores de vida y obra de Beethoven. El intercambio siempre es provechoso y aleccionador para quienes como yo no podemos más que presenciar en silencio la voz de los que saben.
Voy a leer tu recomendación.
Saludos y felíz año…
Que no tenía piano???
Que era malo tocando el piano??
La primera definición que se tuvo de la palabra «Virtuosismo» fue: Beethoven.
Señor Obermann: Si quiere comprobar la veracidad de mis dichos, consulte con uno de los mejores musicólogos de la República Argentina, el Profesor Marceloa Arce, a la sazón mi maestro y amigo.
Que descalifique mis dichos, me tiene sin cuidado. Ahora -si puede- trate de descalificar los estudios e investigaciones del Profesor Arce.
¿O será que usted cree lo del venenito hollywoodense de Salieri para matar a Mozart? Muchas Gracias.
Muy enriquecedor el intercambio, no puedo sino presenciar como espectador dada mi ignorancia sobre el tema al que han colaborado a despejar la neblina…
Gracias Obermann…
Juan Carlos , admin del blog
Me he quedado asombrado ante este post y las afirmaciones de Javier Yearson. Tras leer tres veces su texto, todavía no sé si deben entenderse como una parodia, o si realmente él está convencido de todo lo que dice. Ni la mismísima wikipedia, que cuando habla de música clásica suele enlazar un disparate tras otro, ha conseguido nunca reunir en tan poco espacio tantas frases contrarias a lo que afirma la musicología desde hace generaciones.
Beethoven improvisó a menudo, y de estas improvisaciones sobreviven docenas de testimonios; de esto hablan prácticamente todos los estudiosos; de hecho, la novedad del libro de Luca Chiantore no reside en esto, sino en resaltar el papel de la improvisación a la hora de componer e interpretar las obras escritas. Beethoven sí dispuso de pianos durante toda su vida; la mayoría de ellos sobreviven (su Erard de 1803, el Broadwood de 1817, el Graf de 1825) y de otros tenemos perfecto conocimiento. Por supuesto, no es verdad que fuera malo tocando: al contrario, muchos le consideraron el mejor pianista de su generación; los comentarios acerca de las dudas que despertaban sus interpretaciones llegaron sólo al final de su vida, con el avanzar de la sordera. Mozart, por otra parte, nunca fue maestro de Beethoven (sí lo fue de otros músicos de la época, como Hummel o August Eberhardt Müller). Y el último movimiento de la Novena no fue compuesto décadas antes: de hecho, décadas antes ni tan siquiera existían los instrumentos necesarios para interpretar esa composiciones. Y luego, los tres escritorios: ¿de dónde se ha sacado Javier esa historia? ¿Las sinfonías pares en uno y las impares en otros? Supongo que sea un chiste…
No creo que haga falta recordar que la musicología es una ciencia: afirmar lo contrario de lo que está probado puede resultar tan absurdo como afirmar que la tierra es plana. Si Javier quiere informarse de verdad acerca de Beethoven y descubrir al personaje real (no menos sorprendente del que ha surgido espontáneamente en su cabeza, pero sí totalmente distinto) podría empezar precisamente del libro de Luca Chiantore, que yo (al igual, supongo, que las muchísimas personas que esperábamos ansiosas la publicación de este trabajo) estoy leyendo justo ahora con tanto interés. Su lectura es apasionante, desde luego, y algunos de los planteamientos son realmente novedosos, siempre perfectamente documentados y capaces de aportar aire fresco a la investigación musical incluso cuando abordan asuntos tratados en profundidad por otros estudiosos en el pasado. Falta hace, desde luego, para que la cultura circule, incluso lejos de las universidades, y nos ayude a conocer cada día un poco mejor la música que amamos.