[audio:SBurke-USE_ME_ BUT_LEAVE_MY_MIND_ALONE.mp3|titles=Use Me But Leave My Mind Alone|artists=Solomon Burke]

Fué durante un vuelo a Amsterdam donde se dirigía a ofrecer unos conciertos. Tenía 70 años y 21 hijos.

EUROPA PRESS | AFP | EL PAÍS | 10/10/2010

Solomon BurkeEl cantante estadounidense Solomon Burke, una de las últimas grandes leyendas del ‘soul’, ha fallecido a los 70 años de edad en el aeropuerto de Ámsterdam por causas todavía no anunciadas, según informan los medios holandeses. «Confirmo que Solomon Burke falleció», dijo Antoinette Spaans, portavoz del aeropuerto, agregando que no estaba en condiciones de precisar si el cantante murió en el avión o después de llegar al aeropuerto.

Sin embargo el entorno del cantante dijo que murió de «muerte natural» poco después del aterrizaje del avión que lo traía de Estados Unidos.

«Estaba en el aeropuerto pero se hallaba fuera del avión cuando murió», declaró a AFP Willem Venema, responsable de la sociedad Double Vee concerts, organizadora de los conciertos del artista en Holanda.

«Su avión aterrizó a las 06H40 y murió entre 07H15 y 07H30» (05H15-05H30 GMT), precisó Venema, interrogado por teléfono.

Sobre la causa del fallecimiento, respondió: «Es una causa natural». Solomon Burke murió «cuando estaba en compañía del personal médico del aeropuerto». Solomon Burke viajaba a Holanda para participar en un concierto previsto el martes por la noche en Amsterdam.

Burke (Philadelphia, 1940), que jamás consiguió colocar un sólo single entre el Top 20, siempre se movió a la sombra de otros gigantes, como Ray Charles, Ben E. King o Wilson Pickett, pero su legado fue esencial para el desarrollo del rock, en especial su canción más importante, ‘Everybody needs somebody to love‘, objeto de una versión por unos jovencísimos Rolling Stones.

Precisamente tras su nominación al Hall of Fame, su carrera recibió un necesario impulso que acercó su nombre a las nuevas generaciones con el disco ‘Don’t Give Up on Me‘, que contó con un extraordinario de letristas y grandes fans, como Bob Dylan, Tom Waits, Van Morrison, Elvis Costello, Brian Wilson o Nick Lowe. El disco se alzó con el Grammy al mejor álbum de blues contemporáneo en la ceremonia de 2003.

Burke, considerado en su día por el productor de Atlantic, Jerry Wexler, como el ‘cantante de soul más grande de todos los tiempos’, siguió girando por todo el mundo hasta su muerte, dirigiéndose al público desde un trono dorado especialmente hecho para él, incapaz de moverse por el escenario debido a su enorme figura.

‘Mientras me quede aliento para seguir cantando, lo haré, con la ayuda de Dios’, declaró a una entrevista al diario británico ‘The Telegraph’.

De figura imponente, con más de 200 kilos de peso, y vistosos trajes de fantasía, el intérprete de Cry to me tenía previsto actuar el martes en el club Paradiso de la ciudad holandesa junto al grupo De Dijk, con el que había grabado un disco. Las entradas estaban agotadas. Autor de Like a fire (2008), su último disco, y autoproclamado Rey del rock & soul deja 21 hijos y 90 nietos.

Burke nació en Filadelfia en 1940 en el seno de una familia profundamente religiosa, responsable de la Iglesia Unidad Para Toda la Gente. En esa atmósfera de elevación espiritual nació su vocación de cantante y predicador, y a los 14 años entró por primera vez en un estudio de grabación. En 1956 completó su primer disco, Christmas present from heaven en el sello independiente Apollo. Vendió un millón de copias.

Cuatro años después lo fichó el productor Jerry Wexler, del sello Atlantic Records, de su mano Burke empezó a despuntar como un pionero del soul, releyendo el gospel tradicional y llevando un paso más allá el rhythm and blues. En esa casa firmó 32 singles -como Just out of my reach (of my two open arms) y Got to get you off my mind-, varios discos y conciertos en una década, la de los sesenta, que fue su momento de esplendor. Pronto su intensidad rivalizó con la de monstruos del directo como Otis Redding y James Brown. «Es el mejor cantante de soul de todos los tiempos», señaló Wexler.

A lo largo de casi medio siglo de dedicación, sus temas e interpretaciones inspiraron a figuras como Bob Dylan, Van Morrison, Nick Lowe, Tom Waits, Elvis Costello y los Rolling Stones, entre otros, a pesar de que nunca logró las cotas de fama de otros colegas. En la gran pantalla, el dúo de cómicos Dan Aykroyd y John Belushi interpretaron a Burke en la película The Blues Brothers.

Tras décadas en un segundo plano, Burke regresó con fuerza en 2002, con el exitoso álbum Don’t give up on me, en el que interpreta temas de Dylan, Waits, Costello y Brian Wilson, entre otros. Fue considerado mejor disco de 2002, según la revista británica Mojo y que le valió un Grammy.

Compaginaba la interpretación con el servicio religioso como obispo de una organización religiosa con 150 iglesias en Norteamérica y Jamaica, pero de forma poco ortodoxa. Como ilustraban sus propias palabras al recordar, en una entrevista con El País con motivo de aquel concierto, la elaboración de un elepé para Chess Records, Music to make love by: «Queríamos un disco para acompañar momentos íntimos. Así que llevamos parejas al estudio para que hicieran el amor y ajustamos el tiempo de los temas a sus ritmos sexuales: que nadie dijera que mi elepé no servía para lo que anunciaba. El sexo es una parte maravillosa de la vida y deseo que todos, sean o no miembros de mi Iglesia, sepan disfrutarlo. Ya sé que la Iglesia católica no piensa como yo, pero debería replanteárselo».

El autoproclamado ‘Rey del Rock & Soul’ fue nominado al Rock & Roll Hall of Fame en 2001, el mismo año que Michael Jackson y Paul Simon, como reconocimiento a una larga trayectoria nunca del todo valorada por el gran público, a pesar de haber desarrollado su carrera para Atlantic, uno de los grandes sellos del género.

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