Ya le queda poco al 2011 y, cosa que no se ha hecho nunca !!, le damos un repasito a lo que nos deja y solo atendiendo a lo sucedido en las últimas semanas lo que vemos no es nada alentador. Es que la perdida de tres de los más grandes exponentes del género en el termino de pocas semanas es algo dificil de absorver: Paul Motian (nov 22), Bob Brookmeyer (dic 15) y Sam Rivers (dic 26), se fueron cuando aún sus carreras estaban lejos de la jubilación.
Paul Motian, un baterista poco convencional, lleno de lirismo y melodia algo sumamente extraño incluso para el jazz, fué partícipe de una de las primeras grandes revoluciones del género: el trio de Bill Evans. Junto a Scott LaFaro y de la mano del genial pianista elevaron sus respectivos instrumentos al mismo nivel de protagonismo que el piano, figura excluyente del trio hasta entonces. Grabó con Evans dos discos fundamentales: Sunday At The Village Vanguard y Waltz For Debby, ambos en 1961. Luego pasaría a formar parte de otro trio de excepción, el de Keith Jarrett, heredero de la línea musical del trio de Evans y continuador de las bases establecidas por éste llevándolas a un nivel inimaginable. Los dos mejores trios de la historia y Paul Motian siendo parte de ellos…
Bob Brookmeyer, trombonista, pianista y gran compositor, contribuyó de igual manera a la causa al rescatar con sus trabajos a las Big Bands allá por los ’60, formato por entonces en declive. Fué músico de Stan getz y Gerry Mulligan reemplazando en la banda de éste último a Chet baker, una apuesta arriesgada del saxofonista al reemplazar una trompeta por un trombón (de pistones, que en las manos de Brookmeyer sonaba como una trompeta) pero que le dió grandes satisfacciones, con aquella banda grabó cuatro discos para más adelante volver a formar parte de un nuevo proyecto de Mulligan, la Concert Jazz Band, una Big Band sobre la que Brookmeyer brilló como compositor y arreglador. Por entonces también contribuyó enormemente en la Thad Jones-Mel Lewis Jazz Orchestra fortaleciendose en el ambiente como un gran compositor y arreglador y continuador de las lineas establecidas por grandes maestros de las Grandes Bandas como Duke Ellington y Count Basie, pero con un toque decididamente contemporáneo y personal.
Brookmeyer también tocaba el piano de una manera nada desdeñable, quizás lo fuera para él mismo por éso no grabó tanto al piano, pero basta escuchar The Ivory Hunters (United Artists, 1959) nada menos que junto a Bill Evans y Holiday (Challenge, 2000) para darse una idea de la versatilidad de éste gran músico y gran hombre como lo destacan sus alumnos y compañeros de banda quienes lo recuerdan con un afecto y amor sinceros.
Y el último en irse de éste año, el genial saxofonista, flautista, clarinetista (bajo) y también pianista Sam Rivers, un músico ligado a la vanguardia a la que cultivó con vehemencia y talento empujandola siempre un instante antes que lo hicieran otros por caso el gran Miles Davis, para quien tocó en su quinteto por recomendación de Tony Williams (Miles in Tokyo, Columbia, 1964) pero brevemente dado que Rivers para el Miles de entonces era muy free. Supo estar en el lugar y momento justos como en la formación que juntó el ex Miles Boys Dave Holland para grabar Conference of the Birds (ECM, 1973) disco que marcara un punto de inflexión dentro del movimiento vanguardista, un clásico del jazz de vanguardia de todos los tiempos. Hasta su reunión con una de las figuras estelares de los últimos tiempos, el pianista Jason Moran con quién grabara Black Stars (Blue Note, 2001).
Una pequeña recorrida que apenas hace honor a sus trayectorias y contribuciones, todos con una brillante carrera como lider de banda.
En paz descansen y gracias por la música…
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