Despues de varias horas de ruta y con el tiempo justo para asearnos un poco y ponernos presentables para el show llegamos a las puertas del Teatro Español de Neuquen Capital con las expectativas y ansias de un adolescente a punto de ver a su rocker favorito. Con boletos para asientos casi en la otra cuadra (la demanda fue fabulosa para los artistas, desastrosa para nosotros que no conseguimos nada mas aceptable), nos dispusimos para en cualquier momento saltar mas cerca del escenario, pero para mi sorpresa el teatro se fue llenando para cubrir hasta los pasillos las mas-menos mil localidades, algo increible para un musico de jazz fuera de los grandes centros urbanos como la Capital Federal, por ejemplo.
Gente de todas las edades cubrio los espacios y celebro cada intervencion de los integrantes del cuarteto, donde hubo muy poca interaccion con el publico, las palabras justas y mucha musica. Me atreveria a decir que la interpretaciones de Esperanza sonaban mejor que en el propio disco, su registro vocal se destaco por encima de sus dedos sobre el contrabajo o sobre el bajo electrico, un instrumento «funky» para un tema «funky», segun sus propias palabras. Promediando el espectaculo Esperanza se animo un poco mas, bailo timidamente sobre las intervenciones de sus musicos y coqueteo con el publico hablando un castellano aceptable y cuando no pudo mas se disculpo con un «next time, todo en español…!!». Ya para entonces el publico estaba a sus pies…
Con un repertorio con aires muy cariocas (en un reportaje ella comentaba como un novio brasilero que tuvo la acerco a la musica de ese pais), el show se aparto muy poco de ese clima; fue una sorpresa cuando cuando en un momento presentando el proximo tema, que ya sonaba en el piano con conocidos aires teluricos, se refirio a el como inspirado en la figura de la «cantante mas influyente e importante» en su carrera, la Entreriana Liliana Herrero, para despacharse luego con lo que ella bautizo como la «Chacarera de Liliana», tema que hasta hace pocos dias no tenia nombre y que surgio de una improvisacion ante la presencia de la entreriana en su actuacion en Buenos Aires. La «Chacarera de Liliana», solo piano y scat de Esperanza, un dueto formidable…
Luego continuo con el repertorio de su ultimo disco, recreando e improvisando largamente «I Adore You» durante el cual en un momento ensayo un dialogo con el publico que timidamente respondio, aunque la aprobacion y el respaldo ya estaban asegurados por los copiosos aplausos y la masiva presencia que lleno un local enorme.
La banda impecable, completada en su totalidad por musicos latinos, el argentino Leo Genovese en piano, «que es un gran músico argentino», y los brasileños Ricardo Vogt en guitarra y Pedro Ito en batería. «Son músicos de un muy alto nivel y también tenemos muy buena relación afuera del escenario. Uno a veces elige músicos para compartir una banda por motivos que van más allá de lo profesional. En este caso se dan ambas cosas.», comenta Esperanza.
Sobre su acercamiento a la musica de nuestro pais ella comenta previamente en un reportaje que «…el tango ha sido una gran influencia en mí cuando era joven e intentaba escribir música. El ritmo y la melodía me han inspirado incluso a bailar tango lunes y viernes en la semana. Mi trompetista en Berklee era argentino. Oí mucha música argentina en su casa. Esa creo que es la razón de mi gusto por esta clase de música típica.»
Se fue apagando el show quedandonos con ganas de mas no solo por la calidad del espectaculo sino por su corta duracion, no mas de hora y cuarto. Para el bis reaparecio sola, para tocar y cantar una dulce «Cantora de Yala», zamba de Leguizamón y Castilla, en castellano, confesando a priori su temor de hacerlo pues hacia mucho tiempo que no la interpretaba.
Se fue y ya no volvio, y nadie mas pidio un nuevo bis, los suaves notas y la letra en su delicada interpetacion bastaron para calmar a los exitados e insatisfechos…
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