When You Come Home
Triosence
Sony Music | 20 Feb, 2008
Es una constante escuchar o leer acerca de muchos músicos, sobre todo jóvenes, que vuelcan su mirada hacia atrás en busca del consejo e inspiración de sus mayores, al tiempo que no reniegan de su actualidad y su presente, de resultas…, una mezcla fascinante del ayer y hoy. Ésto ha reavivado las experiencias con Grandes Bandas y sobre todo del trio de jazz, que si bien nunca se depreció hoy alcanza una popularidad y preferencia entre los nóveles músicos como creo no haber visto en mucho tiempo.
Europa ha volcado un caudal de trios de jazz (y otras configuraciones) muy interesante e inquietante, el yá mítico e.s.t.; Tingvall Trio (sueco); Colin Vallon Trio (suizo); Tord Gustavsen Trio (noruego); Yaron Herman Trio (israelí); Marcin Wacilewsky Trio (polaco); Alboran Trio (italiano); la última gran aparición con apenas dos discos el Kairos 4tet (inglés) un cuarteto de chicos muy jóvenes con una propuesta fenomenal y el que hoy nos toca el trio alemán Triosence, en apenas una ligera recorrida por los grupos que me vienen a la mente y, ovbiamente, los que conozco…
Triosence se formó en 1999 y es liderado por el pianista Bernhard Schüler (1979), completan el trio Stefan Emig (1976, batería) y Matthias Nowak (1976, contrabajo). Bernhard Schüler se sentó al piano a los 7 años y algunos después ya deslumbraba cargandose cuatro veces el premio Jugend jazzt («la juventud hace jazz»), dos veces con el trio siendo el del 2001 la gran oportunidad de grabar un disco, su álbum debut First Enchantment. Eso fué sólo el comienzo, le siguieron más distinciones como nuevas publicaciones: Away For A While (2005), When You Come Home (2008) y su más reciente Where Time Stands Still, con la cantante norteamericana Sara Gazarek.
When You Come Home, el disco que hoy compartimos grabado en Oslo bajo la mirada del editor de sonido Erik Kongshaug muy respetado por sus trabajos con ECM, supone el peldaño más alto alcanzado por el trio con todas composiciones y arreglos de Schüler, un dato nada menor si pensamos en el modo que el grupo construye su propio camino alejado, al menos por ahora, del influjo de los standars. La carrera por la sucesión del desaparecido e.s.t. está en juego, claro que intentar reemplazarlo es una tarea sin sentido, ya no habrá otro e.s.t. y quienes se dejaron llevar por su sonido intentando hacerlo propio ya corrigieron la marcha. Lo saludable de ésta «sana competencia» (si es que existe) es la constante necesidad de sorprender con cada nuevo paso y ahí es donde todos ganamos…
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