El paisaje una vez más inspirando la creatividad artística musical de quienes se nutren de ella por cercania, por pasión, por conexión… Jacob Karlzon le canta al mar cuya fuerte influencia sobre los pobladores del pequeño país nórdico es innegable, una invitación a sumergirse en las frias aguas del Mar Baltico o a las tempestuosas del Mar del Norte cuyas aguas bañan sus costas.

«Realmente quiero llevarlos emocionalmente al mar, a una situación en la que tengan que decidir en qué dirección quieren nadar…», explica el pianista, unas aguas que, interpretadas a la escucha de su música, se nos representan menos riesgosas, más poéticas y sanadoras que invitan a sumergir los pies primero y mas tarde todo nuestro ser en ellas. Un mínimo riesgo calculado que favorece una entrega confiada.

Como parecen sugerir las primeras notas muy prometedoras y convincentes de una aventura sin riesgos, para agitarse un poco «mar adentro» conforme nos adentremos en estas aguas abiertas. Emociones más fuertes pero fáciles de contener para un arribo a puerto seguro al son de Note to Self, la última pista, una contemplación relajada de un bello paisaje marino sobre la playa al finalizar el paseo.

«Note to Self encarna perfectamente mi forma intuitiva de trabajar», explica Karlzon, «dejando que las cosas sucedan», así fué como dejando fluir su mente con la vista perdiendose en el horizonte marino (se me ocurre ésa imágen del pianista frente al mar) surgen las notas desde la contemplación abierta de su mundo interno.

«Al final me pregunté: ¿De dónde ha salido eso…?, Ahí es donde quería llegar», completa, «cuando haces música de forma profesional durante años, puedes empezar a pensar de forma demasiado técnica y a veces te olvidas de la patada que pueden dar estos momentos. La sensación es como si algo más alto o más profundo estuviera sonando a través de ti, una nota para ti mismo que no tienes que descifrar por ti mismo, sino con la gente que te está escuchando o tocando contigo. Es una energía loca y cuando uno se encuentra inmerso en su «Open Waters», tiene que estar de acuerdo con él. Todas las nueve canciones del álbum contienen esta energía, aunque hayan sido reelaboradas, producidas, comprimidas o digitalizadas.»

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